Las iglesias misionales de Chiloé : documentos

por los campos, en lugares bien escogidos, con el fin de reunir en ellas a la población rural. Fue aplicada entonces una metodología denominada "misión circular", no ,porque las aldeas tuvieran esta forma, sino por verificarse anualmente visitas a todas las capillas siguiendo un itinerario circular. En todos esos lugares, mayores o pequeños, los edificios religiosos fueron construídos en madera: iglesias de una a tres naves, de formas simples, pero que representan la superación de la pericia del carpintero: a veces, de un mismo carpintero de ribera, especializado en construcciones navales: no en balde las bóvedas de cafíón seguido semejan las quillas de los barcos y se nominan, igualmente, cuadernas y vértebras. La caducidad de los materiales empleados forzó a una permanente necesidad de reparación de techos y muros , buscando la mejor calidad entre la gran variedad arbórea de la región , rica en maderas resistentes: ulmo , tenia, colgüe , avellano, quiaca y, sobre todo, el alerce y el ciprés. El mapa de la Isla grande, dibujado y publicado por González de Agüeros en 1791 señala 68 capillas e iglesias en siete localidades, a más de otras mayores en Castro, Chacao y Calbuco, pero las descripciones que hace de estos monumentos son exasperadamente escuetas. De la iglesia de Castro relata que "es muy espaciosa y de tres naves", y que la de Achau, en la isla de Quinchau, " es de tres naves ; toda ella aunque de madera, es de particular y prolija arquitectura" . Imprecisiones que nada apoyan para formalizar por ellas la definición estética y estilística de las iglesias construídas en un material como la madera, cuya forma de tratamiento-selección de los árboles, su corta, traslado y formación de tableros, tablones, vigas, pilastras, ensamblaje, etc.-tampoco es descrita por este cronista, que está inclinado , como franciscano, a la explicación encomiástica de la labo r misional, abandonando datos y detalles que serían hoy de extrema utilidad. Cuarenta años más tarde que Agüeros, en 1831, Charles Darwin llega a Chiloé como componente de la expedición hidrográfica inglesa, dirigida por el capitán Robert Fizt– Roy, observando la misma iglesia de Castro, de la que se hizo un dibujo, primera imágen gráfica que se conoce de ella. Para Darwin, la iglesia "se yergue en el centro, es de madera y tiene aspecto antiguo y pintoresco ". Todas estas vaguedades e imprecisiones han podido ser superadas por la constancia y la persistencia en la investigación demostrada por el Equipo dirigido por el Prof. Hernán Montecinos, en donde el estudio concienzudo del levantamiento de numerosos planos , totales y secciones de cada iglesia, así como el aprovechamiento de una completa investigación en el archivo episcopal de Ancud, han conseguido como resultado ocho expedientes de otros tantos monumentos chilotes: que representan la fijación gráfica de una rara arquitectura en madera-que se debe proteger y cuidar-, perfectamente actual, heredera de una vieja tradición, que sigue viva y fértil en una perfecta sucesión de experiencias constructivas. Resulta, por ello, gratificante y extremadamente honroso prologar este completo estudio, que permite la explicación (y por tanto la aproximación) a la frontera de Chiloé analizando las técnicas constructivas utilizadas en ella. Madrid, Corpus Christi, 1993 Dr. FRANCISCO DE SOLANO Director Departamento de Historia de América Centro de Estudios Históricos Consejo Superior de Investigac iones Científicas , Madrid 3

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