Casas patronales : conjuntos arquitectónicos rurales

155. El valle se organizo y los espacios exteriores se controlan. El con¡unto y el valle, Son José del Carmen , El Huique. cional, sino que aparece en todas ellas como el actor principal, "los corredores que acompañan siempre a las casas rurales, se establecen en torno a los patios y a veces recorren también los muros exteriores" (6), lo que los hace aparecer como un primer plano de todas las fachadas, convirtiéndose en paso obligator io para ir de un interior a un exterior, o viceversa. La utilización del corredor que hacen los habitantes de lo Casa, es tanto de circulación como de permanencia, y sus dimensiones son consecuencia de esta última ca– racterística, ya que serían excesivas referidas sólo a su uso como circulación. "En el permanecer tanto como en el circular el logro ·espacial del corredor es el mis– mo: la de ser un espacio intermedio relacionador" (7), que queda definido por la prolongación de la cubierta, el muro de adobe que le sirve de límite y de respaldo, y los pilares que configuran el plano transparente ha– cia el patio. La altura adecuada que se obtiene entre el piso y el borde del alero, la luminosidad controlada por la pro– fundidad del corredor, el límite invisible de la fila de pilares, y el respaldo continuo de la superficie plana de los murallones de la casa, invitan a permanecer o a cir– cular por ellos, rodeando los patios o enfrentando el paisaje campesino. Los corredores se identifican así tan estrechamente con las Casas Patronales, que la nobleza de sus propor– ciones, su extensión, y su mayor o menor riqueza for– mal, serán los atributos que definan la prestancia de toda la Casa, tanto o más que la diversidad y compleji– dad de sus espacios exteriores, la jerarquía de su 1~ ' - sia, o el alhajamiento de sus sobrios y modestos r cin– tos interiores. Una primera definición de los grandes espacios exte– riores se hace al enmarcar los potreros con filas de ála– mos·, sauces u otras especies, que acompañan el cami– no de llegada, la explanada con las viviendas de los inquilinos, las construcciones de servicios y la casa patronal. Si lo anterior resulta un tanto intangible, en el análisis de la residencia principal de la Hacienda se aprecia en cambió con toda nitidez, la reiterada utiliza– ción de los patios como los espacios señeros de los con– juntos rurales arquitectónicos. De acuerdo a una antigua tradición, se designa a cada uno con un nombre específico que deriva de la activi- 66

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