Casas patronales : conjuntos arquitectónicos rurales
Magnitudes y proporciones plonimétricos de recintos re ligiosos . 53. Peldehue, valle de Colino. 54. Lo Contador, Pedro de Vo ldivio Norte , Santiago. 55. Lo Vicuña , va lle de Putoen.do. · 56. Quechereguo, comino o Molino . 57. Son José del Carmen , Santo Cruz. 58. El Carmen de Graneros. 59. Lo Arcoyo, valle de Pirque . algún detalle en la porrada, lateral, y el trabajo del frente principal, suavizan la primitiva sobriedad estruc– tural y formal de estos edificios. En el interior, una nave única, con marcado sentido longitud i nal (alargado), determinado por el coro alto ubicado sobre la entrada, y el altar principal con las puertas de la sacristía en el otro extremo. Cielos hori– zontales, ausencia de naves de crucero y de lucerna– rios, escasos altares laterales, a veces un púlpito, una baranda de comulgator io y una pila de agua bendita o bautismal, conforman un ámbito de extrema sobriedad . Sin embargo, los frentes principales, sus torres y sus terminaciones interiores son más ornamentados y tra– bajados que el resto de las casas, reflejando un interés por obtener una expresión más risueña y de mejor cali– dad constructiva para los templos, como se aprecia en las Iglesias del Huique, el ejemplo más completo que se conserva, en la del Principal , contrafuertes cilíndri– cos interiores, en las de Calera de Tango, la Compañía de Graneros, La Punta, Chacabuco, Viluco, etc. Una solución distinta es aquella en la que la Capilla se integra en forma continua con la casa patronal , como un recinto más, destinado en este caso a oratorio priva– do, pero que al integrarse al corredor anexo, genera un espacio para la presencia ocasional de un mayor número de fieles, como sucede en El Mariscal, Quilapi – lún, Polpaico, y San Enr ique . "Un ancho corredor en ladri liado se extendía en todo el frente de ellas; en un extremo de él se formaba un pequeño cuarto para Capilla u Oratorio. Se colocaba una puerta de 4 hojas, ancha, la que al abrirse, dejaba totalmente visible el Altar que llenaba el cuarto. Cabía mucho público, tan– to en el largo corredor, como en las afueras. Era fre– cuente que en estos Oratorios algún religioso o el Cura administrara los Sacramentos, aun los Olees o el Matri– monio, atentas las grandes distancias a las Parroquias . Este privilegio acarreó serios perjuicios a las estadísti– cas parroquiales, que eran las únicas; no se inscribían partidas de muchos actos realizados en estas condi– ciones, por olvido y a veces por caprichos. En el Oratorio estaba lo mejor de la casa, la que era siempre sobria, tenía su dotación de ornamentos y cáliz de plata mart.illada, hecho en el país, vinajeras de pla– ta; alg¿n gran lienzo pintado al óleo; casi siempre es– tos santos eran debidos a p i ncel quiteño. Otras veces el 31 1 1 1 1 1 1 1 1 r Lf.....i-IJ - r ~ ~- -------------------~
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