Ciudades y arquitectura portuaria: los puertos mayores del litoral chileno

CENTROS URBANOS EN EL LITORAL En 1811, a partir de la categorización política administrativa como puerros mayores de Valparaíso, Coquimbo, Talcahuano y Valdivia, los asentamientos costeros entraron en una nueva etapa, como consecuencia en un principio de una sostenida opción republi– cana por la libertad de comercio, y más adelante por sus afanes de consolidación territorial. Tales definiciones formaron parte, como se sabe, de un proceso de cobertura mucho más amplio , cual fue la integración del nuevo país al mundo cultural occidental. Pero hasta mediados del siglo XIX, el creciente movimiento naviero y, por lo tanto, portuario, vínculo casi exclusivo con el exterior, no alcanzó a traducirse en obras urbanas y arquitectónicas de importancia, salvo contadas excepciones. «Nada tan triste como el aspecto de esta ciudad; el portezuelo con sus insignificantes barcos y su grupillo de casas miserables está en total desproporción con el resto del paisaje y parece aplastado por éste» . Éste es el comentario que le merece !quique a Charles Darwin en 1835, cuando Juan López aún no levantaba su choza en los roquedos de la Chimba, la futura Antofagasta. Son varios los relatos de viajeros que recorrieron el litoral en esos años, que se refieren con admiración a la bahía de Coquimbo y a sus condiciones favorables como fondeadero. «En ese lugar se ofrece un buen refugio a los buques de gran calado, y el camino entre aquél y la ciudad, faldea la bahía en un suelo casi nivelado . Las montañas forman aquí un escenario lindo pero desnudo>/. La ciudad es, sin duda, La Serena, a la que el autor le asigna unos siete a ocho mil habitantes, dejando en una penumbra piadosa las dimensio– nes que alcanzaba en ese momento el caserío del puerto de Coquimbo. 44

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