Ciudades y arquitectura portuaria: los puertos mayores del litoral chileno
depredadores , llámense corsarios, piratas o bucaneros. Esta apreciación ha sido confir– mada por otros historiadores y sería incluso posible en la actualidad reunir nueva documentación al respecto . Las tropelías realizadas por estos marinos en las costas del Pacífico Sur, incluyendo las no concretadas, formaron parte de la realidad de las condiciones de vida de los habitantes de esta área en los siglos XVI, XVII y XVIII. De alguna manera, su persisten te amenaza influyó en el escaso progreso de las caletas que jalonaban el litoral chil eno, aunque varias de ellas fueron ocupadas ocasional o regularmente como lugares de fondeaderos para las naves desde fines del siglo XVI . «Toda aquella larga costa del mar del Sur está proveída de no menos bien repartidos que seguros puertos, muchos de los cuales tienen poblados sus contornos de montes de grandes arboledas, apropiadas para fabricar navíos y otros cualesquiera bajeles, por lo que son famosos astilleros. Los cuales puertos son: Guaseo, Coquimbo, La Ligua, Quintero, Valparaíso, Maypo , La Herradura, La Concepción, Bíobío, Cañete, Cautén, T oltén, Valdivia, Canoas o Osorno, Coronados, El Lago de Ancud. Estos diez y seis puertos son los vistos y descubiertos en la cosra de Chile, sin otros que está en razón que habrá más al Sur, hasta llegar al estrecho de Magallanes . No he puesto a qué grado están, que fuera cosa importante, por no haber hallado de todos cierta claridad dello, y así tuve por menos inconveniente no poner sus alturas en duda» 1 • Descontando las imprecisiones de suponer en una crónica terminada en 1614, que el propio autor y capitán español reconoce, alguna notoriedad alcanzaban en esos años lugares como Coquimbo, Valparaíso, La Concepción y Valdivia, llamadas a inscribirse en el listado de las futuras mayores ciudades portuarias. En el norte grande, dependiente directamente de la administración del Virreinato peruano, se inició también temprana– mente el tráfico marítimo en Arica, Cobija e !quique. «Alrededor de 1536los conquis– tadores españoles comenzaron a extraer guano de la isleta de !quique (isla Serrano) para fertilizar los valles adyacentes al puerto de Arica, valiéndose del trabajo de un contingente de changos que fueron a residir en una toldería improvisada tras la pequeña prominencia que corona la punta de El Morro . Después de 1556 empezaron a explotarse las ricas minas de plata de Huantajaya, situadas al este de aquella caleta, convirtiéndose en su puerto de embarque y aprovisionamiento» 2 . Salvo en la desembocadura del río Valdivia, escasos fueron los avances realizados para el poblamiento de los reparos para la navegación a lo largo del siglo XVII. La mina de Huantajaya fue abandonada en perjuicio de !quique. El excelente fondeadero de Coquimbo, descrito con entusiasmo por varios marinos extranjeros, no era en 1678, al decir de Manuel Concha, «más que un pequeño poblado compuesto por dos o tres familias de pescadores y un galpón» 3 . La: propia ciudad de La Serena fue saqueada e incendiada por Sharp dos años después. Por otra parte, pese a constituirse en la práctica en la sede casi permanente de los capitanes generales, podemos suponer que la antigua Concepción (Penco) no logró en esta centuria (S . XVII) constituir una unidad urbana, por su permeabilidad a los avatares 36
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=