Ciudades y arquitectura portuaria: los puertos mayores del litoral chileno
Sin embargo, fue precisamente en Constitución donde se fundó en 1864, la primera sociedad anónima naviera formada por un grupo de empresarios chilenos, la Compañía Nacional de Navegación, trasladada en 1872 a Valparaíso y embrión de la ya centenaria Compañía SudAmericana de Vapores. No cabe duda que en las jóvenes ciudades portuarias de la primera mitad del siglo XIX, época preindustrial para nuestro continente, también postcolonial, su principal fuente de desarrollo fue la actividad naviera. Quienes formaban parte de estas empresas marítimas, en cualquiera de sus niveles y facetas , fueron a la vez en gran medida los constructores de estas ciudades . En ascenso desde las guerras de la Independencia, el tráfico marítimo, estimulado en el área del Pacífico por el trabajo intensivo de los ricos minerales auríferos al interior de la bahía de San Francisco, sufrió una severa interrupción con motivo del conflicto bélico provocado por España, con Perú y Chile en 1865. Éste se inició con el bloqueo de todos los puertos nacionales por la Escuadra Española, culminando con el brutal bombardeo indiscriminado de Valparaíso el 31 de marzo de 1866, que causó graves daños a la ciudad y destruyó gran parte de sus incipientes instalaciones portuarias . Según el historiador Claudio Véliz, al analizar el tonelaje bajo bandera chilena pre y postguerra con España, queda demostrado que antes de «este conflicto, en su gran mayoría los barcos no eran chilenos, sus propietarios tampoco, no habían sido construidos en Chile y sus tripulaciones, oficialidad y capitanes, apenas si sabían hablar el castellano» 12 • No es arriesgado sostener entonces que en los centros urbanos del litoral en etapa de formación desde mediados del siglo XIX, se introdujeron inicialmente conceptos y prácticas arquitectónicas de origen especialmente anglosajón, que no formaban parte de la tradición hispánica de las ciudades del interior. Este fenómeno no tuvo iguales repercusiones en el plano urbano debido a la predilección de los gobernadores locales nacionales por los trazados en cuadrícula o damero, que por lo demás se estaban introduciendo en esa época en el propio Estados Unidos (Saint Louis, Buffalo, etc.). Extinguido el conflicto con España y superado el enfrentamiento con Perú y Bolivia, el litoral sur del Pacífico pasó a ser una ruta atractiva e importante para los armadores locales y las distintas compañías de navegación interoceánicas, a las que el salitre aseguraba el flete de retorno. Esta situación se mantuvo en ascenso hasta la década del191 0-1920, en la que la apertura del canal de Panamá, la llamada Primera Guerra Mundial y la aparición del salitre sintético, se conjugaron para producir una caída vertical en el movimiento naviero que se hacía hasta entonces obligadamente, sea desde la costa este de los Estados Unidos o desde Europa por las rutas del Estrecho o del Cabo de Hornos. Hacia 191O en distintos puertos del litoral recalaban regularmente, además de los barcos de la P.S.N.C. y de la C.M.S.V., los de otras compañías tan importantes como la Kosmos de Alemania, que fletaba además barcos de la Hamburg-Amerika-Linie; la línea West Coast(inglesa-norteamericana); la japonesa Toyokisen Kaisha; las compañías francesas Lamport y Holt y la Compagnie Géneral Transatlantique, además de otras de origen holandés, italiano y norteamericano. 33
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