Joaquin Toesca arquitecto y maestro

quía de la administración hispánica, ubicado en forma espectacular en la planta urbana y contiguo, además, a una de las más relevantes expresiones de la arquitectura colonial, como lo fue el Palacio del Cabildo que acababa de construir Joaquín Toesca. Carecemos de los planos originales y, por ello, no podemos juzgar la concepción arquitectónica primitiva en su totalidad. Lo que permanece hoy es el producto de numerosas transformaciones; han sido substancialmente modificadas la planta y las elevaciones interiores, lo que impide una apreciación de la solución planimétrica y espacial lograda, aunque se presiente la importante gravitación del patio descubierto en la composición adoptada . Con excepción de la torre, varias veces reconstru ída, la fachada parece ser el único ele– mento que responde todavía a la intención de su autor. Se basa esta aseveración en el testimonio gráfico que aporta Pierre Dejean en su obra Vista de los principales edificios de Santiago, publicada en 1838, y que es la fuente más antigua que reproduce la elevación expresada técnicamente. De la observación de las ilustraciones del costado norte de la Plaza Mayor a comienzos del siglo XIX, se desprende claramente la solución de continuidad que se ha buscado en la proyección de la fachada, armonización que Goycolea obtuvo sin desmedro de su personal forma de expresión. Es cierto que el Cabildo de Toesca exhibe la simplicidad y la gracia que emanan de un refinado sentido de las proporciones, producto de la experiencia ya asentada del maestro. Pero, es efectivo también, que Goycolea logró componer, casi con los mismos elemento, un alzado armónico con el edificio contiguo, pero que materializa a la vez un sentir más impetuoso. El arco de medio punto, el estilo toscano simplificado, modifican aqul su disposición clásica para animar la fachada con· un marcado gusto barroco, notorio en el juego dinámico de los recursos y en el tratamiento total del acceso, que realza un frontón triangular que– brado. Esta elevación, asentada en un digno basamento de piedra, reúne elementos neoclásicos, expresados todavla con un percepti– ble sentido barroco. La personalidad de Juan José de Goycolea se manifiesta formalmente con claridad; conocía los recursos clásicos - en sus documentos suele mencionar, a manera de ejemplo, a Alberti - pero supo imprimir a su obra un sentir peculiar, condición que le ha transformado en uno de los técnicos chilenos de mayor relieve en la epoca de la Colonia. 24

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