Joaquin Toesca arquitecto y maestro

ceremonia. En ese estado recibió la obra Joaquín Toesca. La tarea no era simple. No se trataba de' llevar a término la construcción de un edificio previamente planificado, sino de proyec~ lar el tramo final que involucraba el frontispicio, respetando una planta definida anticipadamente por las fundaciones ya hechas. La solución propuesta por Toesca para la fachada principal, se com– ponía de elementos decantados del estilo neoclásico, de preferencia toscano, dispuestos en una composición no carente de grandiosidad, acorde a la jerarquía del edificio; med iante una simple ornamen– tación y un cuidadoso tratamiento basado en el refinado juego de las proporciones, obtuvo un elegante alzado de innegable calidad arquitectónica. Durante toda su permanencia en Chile, Toesca atendió la construcción de este proyecto, que progresaba otra vez con gran lentitud; cuando falleció el a"rquitecto, en el año 1799, uno de sus discípulos, Juan José de Goycolea, orosiguió a cargo de la obra, ciñéndose en todo a los planos de su maestro. Aunque sin las to– rres proyectadas, la Catedral fue terminada en 1830, cincuenta años después que Toesca presentara los planos para su conclusión. Los antecedentes disponibles no permiten establecer los 1 imites de la actuación profesional de maestro y discípulo, pero no cabe duda que el nivel alcanzado por Goycolea le permitió afron– tar airosamente la responsabilidad de acabar uno de los edificios más importantes de la capital, tarea €m la que hubo de resolver más de algún problema arquitectónico, dada la imprevista dilación que había experimentado la faena de su construcción. Duran·te todo el siglo XI X pudo ser. admirada esta magn ífi– ca obra creada por Joaqu in Toesca. Nosotros podemos apreciarla sólo a través de descripciones y de documentos gráficos de la épo– ca, ya que su expresión original fue destru ída por una refacción general que se llevó a cabo en el año 1897. En esa oportunidad se construyeron las dos torres y se efectuó una transformación tanto en el interior de las naves como en las fachadas. Desapareció de la vis– ta la silleria de piedra labrada y el recio envigado de cedro dorado a fuego; la obra concebida porToesca y materializada por Goycolea quedó definitivamente sepultada bajo lapidarias placas de mármol y espesos revestimientos de estuco y pintura. 17

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