Joaquin Toesca arquitecto y maestro
la construcción de los Tajamares del Río Mapocho, ocurrido poco tiempo después de su llegada a Chile. En el año 1783, se produjo una grave inundación que amenazó con arrasar prácticamente l<.t ciudad, provocada por la incontrolable avenida del río, a causa de un período de intensas lluvias. Las crónicas relatan que llovió du– rante días sin interrupción. Una vez conjurado el peligro, se resol– vió levantar en defensa los Tajamares, labor que se le encomendó al arquitecto. Toesca fue a la cantera, eligió la piedra, indicó el cor– te y, una vez en la obra, personalmente guió con su mano la del 3lbañil que debía colocarla, obteniendo, así, una sillería impecable. De esta manera continuó erigiendo un edificio tras otro. La Iglesia Catedral, la Real Casa de Moneda, el Cabildo y Cárceles de Corte y Ciudad, el Hospital San Juan de Dios, la Iglesia de San– to Domingo, la casa de la familia Ram írez Saldaña, los Tribunales Viejos, el edifico de la Real Audiencia, la Iglesia Parroquial de San– ta Ana, la casa del obispo Martínez de Aldunate, son los trabajos de mayor envergadura. En esta enumeración, las primeras obras fueron proyectadas y construidas por el arquitecto, le siguen aquellas creadas colectiva– mente en el taller y luego, las que levantaron los discípulos una vez desaparecido el maestro. En el lapso de 20 años aproximadamente, la fisonomía ur– bana de la capital había experimentado una transformación de gran magnitud. La admiración de los vecinos era tal que no podían ima– ginar que obras de esa calidad hubiesen sido concebidas en esta Colonia, como es el caso de la Real Casa de Moneda, de la cual se decía que sus planos, destinados a un centro de mayor importancia como México, habían llegado por equivocación a Santiago, descar– tándose en primera instancia el hecho de que pudieran haber sido elaborados por Joaquín Toesca, en la misma ciudad. En verdad, tal vez nunca se ha dado en la historia de Chile un caso similar. Las obras de este período conjugan la presencia de una arquitectura al día, hábilmente implantada en la trama forma– da por el sentido del proceso cultural en desarrollo y por los facto– res condicionantes propios de la organización de este país. El resul– tado fue una arquitectura de calidad. Obras como la Real Casa de Moneda podrían figurar con dignidad junto a ejemplos europeos de edificios de igual carácter y período histórico. Se menciona este, por cuanto es el único, de aquellos proyectados y construidos per- 14
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