Joaquin Toesca arquitecto y maestro

m1ca y social, y la proyección de estas condiciones en el ámbito de la cultura, expresada en lo que a nuestro campo se refiere, en obras de bajo nivel arquitectónico. Joaquín Toesca penetró violentamente en la tranquila decoración de la ciudad colonial. Decidió realizar sus obras de acuerdo a sus conocimientos y a sus principios·, en una actitud que mantuvo durante toda su vida, sin admitir ninguna claudicilción. Si el medio no disponía de los materiales de construcción que estaba habituado a especificar, tomaría los que el país le pro– porcionaba y con ellos levantaría obras a las que imprimiría, de todos modos, en esencia, el sentido del estilo neoclásico. Si sus co– laboradores desconocían el arte de la composición arquitectónica, los introduciría en el dominio de sus normas. Si la mano de obra resultaba inexperta para obtener la fineza requerida en sus termina– ciones o para lograr la modenatura proyectada en la ornamenta– ción, elevaría con su enseñanza el nivel del trabajo de los obreros de la construcción. Su iniciativa precursora se concretó con la creación, en su casa, de un taller nocturno, al que concurrían indiscriminadamente, sus colaboradores, sus discípulos y sus jefes de obras, además de algún artesano o artífice destacado por sus condiciones sobresalien– tes. El maestro impartía personalmente la enseñanza teórica a todos los niveles: daba nociones de escala y proporciones, de cánones clásicos, de dibujo técnico, de estructuras y procesos constructivos, de lectura de planos. Esta enseñanza complementaba la diaria de– manda práctica de las obras en ejecución. Joaquín Toesca pasó a constituírse en un poderoso imán, animado de un brío avasallador. No hay obra contemporánea civil, religiosa o militar en la que no haya quedado su impronta. Mantenía estrechas relaciones profesionales con los ingenieros militares espa– ñoles que pasaron a América en las postrimerías de la Colonia, tales como Leandro de Badarán y Agustín Caballero. A su taller noctur– no concurrían sistemáticamente Ignacio Santa Maria, Juan José de Goycolea y Agustín Argüelles, sus principales discípulos; V también Manuel Ramos y Pedro Serrano, los maestros de obras destacados por su mayor rendimiento. Su forma de encarar las tareas resultó del todo nueva. Así, podría recordarse el asombro que causó su proceder en el caso de 13

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