La producción de música popular en Chile

te es un tema que todos lo conocemos bastante como para entrar a dimensionarlo, a calificarlo, caracterizarlo, etc. El fenómeno del pirateo fonográfico alcanza las ga mas más variadas desde el artesanal al más sofisticado, incluso, con el perdón de los sellos hasta con una me­ jor presentación, con papeles celofán, etc.; protegidos por una verdadera impunidad y falta de conciencia en el país de lo que eso significaba, permitió el desarrollo de esta industria pirata con los consiguientes perjui­ cios para todos aquellos que son titulares de estos dere chos intelectuales, incorpóreos, que están incorporados en esta cosa material que es el cassette o el fonograma; me refiero, obviamente, a los autores y compositores, a los artistas, intérpretes, ejecutantes y a los producto­ res de fonogramas. Así las cosas, resultaba que nuestra legislación, por una parte, castigaba con rigor al que hurtaba la propiedad física, y con otro muy distinto al que participaba en el hurto de una propiedad intelectual, aunque esta última fuera el producto más eximio de una obra humana, la de su intelecto, tanto en el dominio literario, artístico o científico. Fue precisamente frente a este vacío y fren te a esta falta de protección de los derechos, que diver sos sectores tomaron la iniciativa de someter a la consi deración de las autoridades, un proyecto de modificación muy parcial, porque, vuelvo a reiterar, no se trata de modificar la ley de propiedad intelectual, sino de esta­ blecer modificaciones que permitan obtener una adecuada

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=