Curso de arquitectura : escrito en francés para el Instituto Nacional de Chile

-- a2- Nos es imposible decir algo de positivo sobre el gusto particula~r que presidió a la construccio~ del templo de Salomon en Palestina. Apesar de su solidez, la predic– cion de Dios se ha cumplido; i demolido para siempre por el emperador Tito, no queda de este edificio piedra sobre piedra. Iriamos mui léjos, si nos propusiésemos describir es– pecialmente tódas las ruinas que cubren el suelo del Asia-Menor. N os contentarémos con señalar solamente los maravillosos restos de Baalbeck o Heliópolis, de Palmyra, antigua residencia de la inmortal Zenobia i de las ciudades del Asia que han sido célebres en la anti– güedad. Baalbeck, o ciudad de BaaJ, es hoi un:a colina de Ar– quitectura que se eleva de repente en el llano a alg·una distancia de las verdaderas colinas del Ante-Líbano. Son· notables allí las ruinas de templos de rara magnifi– cencia i de dimensiones colosales, construidos con enor– mes piedras, comparables a las monolitas trabajadas por los ejipcios. Palmy1·a, fundada por Salomon, que le dió el nombre de Tadmor, Ciudad de las Palmas, contiene edificios que aventajan todavía en g-randeza i hermosura a los de He– liópolis. Su posicion en e! medio del desierto, en un terreno fértil reg·ado por fuentes, la hizo un lugar de descans.9 para las carabana.s de la India i de la Siria. Se puede atribuir la ereccion de los monumentos de Baal– beck a Antonino Pio, los de J,>almyra al Emperador Au– reliano, vencedor de la Reina Zenobia, i más adelante a Diocleciano. El valle de las tumbas está lleno de mo– numentos funerarios, en forma de torre cuadrada·, todos de mármol blanco i adot·nados con bellas molduras i con figu:ras de lomo redondo. Se hallan todavía algunas antigüedades en las ciuda– des de la Siria, Antioquia, Apamea, Emesa, Damasco, Hierápolis, sier.do esta última célebre por su templo GOllf'agl'Udu a la Diosa Natura.

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