Más comunidad más prevención: manual para gestión local de seguridad
Manual: Más Comunidad Más Prevención 96 Capítulo II. Optimizando la gestión local de la seguridad ciudadana d) Consideraciones para realizar un diagnóstico participativo: ¿cuándo se recomienda y cuándo no? Como se señaló anteriormente, el lugar o los lugares donde se realizarán los diagnósticos participativos fueron pre- viamente identificados en el diagnóstico para la focalización, como aquellas áreas que concentran la mayor actividad delictual, violencias y/o conflictos, que funcionan con cierta autonomía dentro del territorio local y se relacionan con ella de forma interdependiente, deteriorando su seguridad. De esta forma, los lugares focalizados se transforman en factores de riesgo dentro de la ciudad, que disminuyen la calidad de vida de la mayoría dvere los habitantes. Lo primero que se tendrá que determinar es el tipo de áreas focalizadas, como, por ejemplo, barrios, parques, veredas, centros comerciales, calles, botillerías, plazas u otros lugares. Posteriormente, deberá hacerse la pre- gunta ¿corresponden a lugares vulnerables/vulneradas o son áreas críticas? Definir si un área es vulnerada/ble o crítica es fundamental para saber si se realizará o no un diagnóstico participativo y qué iniciativas estratégicas se implementarán. Como se señaló en el diagnóstico para la focalización existen barrios vulnerables/dos y barrios críticos. En los pri- meros se concentran un conjunto de desventajas sociales y factores de riesgo psicosociales, y a menudo preva- lece un sentimiento de abandono por parte de las autoridades y la sensación de tener que solucionar los temas solos. En estos barrios, si bien existen expresiones violentas y delitos, es posible gestionar soluciones conjuntas a los problemas de inseguridad, brindando apoyo y espacios adecuados para la coproducción, responsabiliza- ción y una alta participación ciudadana. En los segundos son evidentes los altos niveles de crimen, violencia y conflictos derivados de la concentración de desventajas sociales y/o factores de riesgo psicosociales, y pueden estar controlados por el micro o narcotráfico, bandas de crimen organizado, consumo de drogas y alcohol en los espacios públicos, capital social perverso, baja cohesión social, desconfianza, etc. Debido a esto, realizar un diagnóstico participativo antes de realizar una intervención de fuerte impacto, podría representar un riesgo para los gestores territoriales, profesionales y los mismos habitantes del barrio (Vanderschueren F. , y otros, 2010). Estos mismos criterios para determinar si un barrio corresponde o no a un área vulnerable/da o a una crítica, se pueden utilizar para responder a la pregunta en relación a otros lugares como parques, veredas, centros comer- ciales, calles, botillerías, plazas u otros. Una tendencia para realizar estas intervenciones de fuerte impacto es lo que se denomina prevención situa- cional que busca modificar las condiciones urbanas y espaciales que permitan transformar el mal uso de los espacios e interrumpir las vías de desplazamientos de ciertas actividades delictuales o criminales. Otro aspecto a tener presente es que la intervención policial será crucial en los sectores críticos, principalmente para controlar el micro o narcotráfico, el crimen organizado y los delitos de interés común. Con el fin de evitar una acción policial aislada, que se traduzca en reproducción de la delincuencia y de la influencia de la misma, es fundamental darle una continuidad social a la intervención, por medio de la coordinación con instancias impulsadas y ejecutadas desde el gobierno local, otras provenientes desde el nivel central y algunas iniciativas que la propia comunidad afectada pueda realizar para su prevención y/o control social informal.
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