Más comunidad más prevención: manual para gestión local de seguridad
Siguiendo a Basagoiti, Bru y Lorenzana (2001), el proceso de IAP es una secuencia que se repite circularmente, la que se compone de tres fases: “conoce-actúa-transforma”. El diagnóstico participativo se trata ya de una forma de intervención, al involucrar a la población en la reflexión sobre sus propios recursos y problemas, profundizar en el análisis de su propia situación y organizar y movilizar a los participantes. Las fases secuenciales y recursivas del proceso“conocer-actuar-transformar”deben al menos contemplar lo siguiente: El proceso formativo, que consiste en compartir con el grupo de participantes, los problemas abordados por el diagnóstico para la focalización y algunos antecedentes conceptuales base, que sirvan de puntos de partida para la identificación, reflexión, análisis y ordenamiento de los datos que van emergiendo del proceso participativo. A lo largo de todo el proceso, se deben buscar mecanismos de comunicación para acercar los códigos lingüísticos entre los distintos grupos y aprender a escuchar y a expresar. Implica la difusión y socialización del conocimiento, la identificación y análisis de los recursos existentes y el trabajo y gestión en base a ellos. El re-conocimiento de uno mismo, de otras personas o grupos, del entorno y el mundo, en un proceso de re-en- cuadre que permita caracterizar socio-históricamente al territorio y a hombres y mujeres que forman parte de la comunidad. El proceso de toma de conciencia y sensibilización que posibilita la corresponsabilidad y la implicación en los pro- cesos y el establecimiento de objetivos. La generación de espacios de reflexión colectiva y auto-reflexión buscan, por un lado, visibilizar los recursos comunitarios existentes, su cultura ciudadana (creencias, emociones, valores e intereses que motivan la conducta) y las acciones preventivas utilizadas para enfrentarlas. A su vez, conocer los determinantes sociales que actúan como reproductores de la violencia, y por otro, conocer las condiciones iniciales y puntos de inflexión que hacen posible dichos determinantes, con el fin de iluminar o visibilizar los factores que obstaculizan el cambio. En este momento, se genera “apertura” a todos los puntos de vista existentes en torno a la problemática, recursos comunitarios y objetivos definidos: se trata de elaborar un diagnóstico o sistematización de las prácticas. Poner en marcha un proceso de este tipo es adentrarse en un trabajo en equipo, ya que se necesita seleccionar máximo tres factores de riesgo psicosociales, generadores de un problema de inseguridad en el área focalizada. Esto quiere decir que, si se priorizaron en el diagnóstico para la focalización tres problemas de inseguridad en el sector, los actores claves de la comunidad y el gestor territorial deberían abordar máximo nueve factores de riesgo psicosocial (máximo tres factores por cada problema). A su vez, se requerirá desplegar las competencias de colabo- ración, influencia y gestión de conflictos frente a eventuales desacuerdo o malentendidos. Apéndice 6 - Técnicas Diagnósticos Participativos en Seguridad Ciudadana 208 Manual: Más Comunidad Más Prevención
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