Radio y cultura popular de masas
El medio radial permite operar a esos dos niveles de la racio nalidad instrumental y el de la racionalidad expresiva. La capa cidad de penetración de la radio se apoya en esta dualidad. No ticieros y programas de opinión en la línea de una lógica ins - trumental y radioteatros, programas de participación, concursos y radio-compañía, sin olvidar la ranchera, el tango y el bole ro, en la línea de la función expresiva. Nuestra reflexión se centrará en esta última,pues aparece como fundamental en la subjetivación de una mentalidad modernizante que, aunque tiene fecha de inscripción (año 1954, gobierno de mócrata cristiano) marcó una tendencia que fue más allá de la vigencia de un proyecto político. El lenguaje coloquial — que sólo permite la radio— invita a in tegrarse a ,!la gran familia radial'1, espacio de encuentro -teó ricamente- entre lo público y lo privado. La constitución de e- se espacio de encuentro es la función integradora de reemplazo que cumple la radio en momentos de cambio acelerado. Si la ur*- banización supone soledad, si el cambio genera inseguridad, el medio radial acerca "el mundo ancho y ajeno" y enancha el mundó pequeño y personal de los movimientos cotidianos. Al elevar lá particularidad a la categoría de actividad compartida (y por Id tanto significativa), la radio está historizando la vida y lle nando el vacío que dejan los aparatos tradicionales en la cons titución de sentidos. Al campesino, la radio le enseña a manejarse en lo que será su futura vida urbana, al migrado le mantiene unido al terruño, al marginal le señala los pasos que habrá de recorrer, al obrero le permite estar en el estadio mientras trabaja, al joven unirse
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