Libro pedagógico cancioneros populares
- 28 - Libro Pedagógico, Cancioneros Populares Estos particulares compilados de canciones eran al parecer muy ubicuos, y parecen haberse colado por todas partes, sobre todo en las poblaciones urbanas, pero también en las rurales, hasta donde llegaban gracias a quienes venían a la ciudad o a los comerciantes ambulantes. A ello contribuía su bajo precio: se vendían por 10 ó 20 centavos en librerías y cigarrerías (mientras que la prensa costaba habitualmente 5 centavos), aunque también en comercios del ramo musical. Aún cuando no eran impresos periódicos, sino eventuales, sus productores a veces utilizaron las estrategias de distribución y venta de diarios y revistas, que hacia 1910 experimentaron un fuerte crecimiento, de la mano del paulatino aumento de la cobertura educativa y la consiguiente alfabetización de sectores más amplios de la sociedad. Recordemos que, según las cifras oficiales que aportan los censos de comienzos del siglo XX, aproximadamente un 40 % de chilenos y chilenas sabía leer en 1907 (Comisión Central del Censo, 1908). Es un dato obtenido con una metodología sin duda cuestionable según los parámetros actuales, pero del cual se recoge la evidencia innegable de que en el ámbito urbano el rango de población alfabetizado era mayor y con tendencia a aumentar. Los cancioneros se beneficiaron de estas transformaciones que afectaron al conjunto de la cultura impresa. Aquello se aprecia en las modalidades de distribución de sus productores, quienes ofrecían enviarlos hasta otras ciudades, en la lógica del abono o la suscripción habitual llevada a cabo por la prensa. Esto se explica porque algunos títulos eran elaborados por las mismas imprentas que editaban periódicos, para los cuales el despacho a domicilio o a través de algún agente consignatario eran usuales. Por esa misma razón algunos títulos de cancioneros eran distribuidos también por los suplementeros, niños y jóvenes encargados de la venta ambulante directamente en la calle, como se desprende de un aviso en un periódico de comienzos de siglo: "OJO! PÍDASE A LOS SUPLEMENTEROS el famoso Cantor Nacional, cuaderno de poesías, canciones, esquinazos, cuecas i tonadas para las niñas" ( José Arnero , 03 de julio de 1905). Los cancioneros del período estudiado no tenían uniformidad ni seguían un patrón rígido, tanto en su contenido como en cuanto a su formato. Sin embargo, al observar en conjunto los cientos de ejemplares que se han conservado, podemos separarlos en dos Peralta, Juan Bautista (ed.).1908. El violín del diablo. Canciones, cuecas, tonadas, etc. Santiago, S/imp. Colección Domingo Edwards Matte, Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile.
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