La industria editorial y el libro en Chile (1930-1984) : (ensayo de interpretación de una crisis)

34 y sólo en tercer lugar, "fomentar el desarrollo y difusión del libro chileno en el interior del país y en el extranje­ ro" (30). Aunque con cierta debilidad — debido a que ampara intereses contradictorios-- la Cámara desde su fundación .¡viene hacien do gestionéis; para conseguir una legislación favorable al li bro. También h a jugado un papel en este; sentido A s i m p r e s , entidad que desde 1931 agrupa a la industria gráfica y a las imprentas y litografías del país. Lo conseguido no; ha sido mucho. El marco legal, que conscierne a la industria del 'li_ bro (ver Anexo 1 ). es parcial, casuístico y comparado con el de otros paísesq, completamente insuficiente. En 1959 y 60 el parlamento discute algunas proposiciones de apoyo a la in dustria editorial, se hace el panegírico del libro desde con servadores a comunistas, peroi¡ todo queda allí (31). En 1969, durante el gobierno de Frei, la Corfo realiza una compilación de datos y un informe técnico para identificar necesidades y una estrategia a s e g u i r .(32). Dicho informe l30l "Asociación General de Editores, distribuidores de libros y libreros"(Cámara Chilena del Libro).1983. (31) Entravista personal a Eduardo Castro, Ejecutivo de Editorial Universitaria. (32) En Diciembre de 1968, el Presidente de la Cámara del Libro, Eduardo Castro Le Fort, detalló en un discurso de fin de año las "condiciones de franca inferioridad econó­ mica" de la industria del libro en Chile con respecto a la industria de otros países. Comentando el discurso Luis 'Enrique'Délano ("Trabas al libro", Las Noticias de Ultima Hora,(26/12/1968)) escribía lo siguiente: "El Monopolio papelero goza de muchas fran­ quicias. Hace sólo un par de semanas, 118 millones de escudos pagados en impuestos por distintas empresas exportadoras volvieron gracias ,a la generosidad del Gobierno, mediante--uña' operación llamada en economía draw back’ (devolución) a,la fuente de gra cia de donde procedían. - De esta abultada suma unos 18 millones regresaron a las ar- ■cas nada-escuálidas del monopolio papelero. ¿Por qué no proteger también a la activi­ dad editorial,una de'las más nobles cuando se ejerce con criterio sano,cuando el edi tor no se limita a "comprar papel limpio para vendarlo, sucio",sino que contempla las necesidades científicas, literarias, educacionales y técnicas del país? Si alguién piensa que ayudar al libro chileno a emprender su viaje más allá de las fronteras,ha­ cia un vasto mundo que habla el español,• es tiempo perdido o dinero perdido, está muy equivocado.Los ejemplos citados por él Presidente de la Cámara del Libro de las indüs: trias editoras españolas y-mexicanas son bien elocuentes.Los productos de la exporta­ ción de libros significan para esos países millones de dólares". La Nación, diario de gobierno, en un editorial del 21/12/68 reconoce las críticas de Eduardo Castro, pero contña argumenta diciendo que en algunos aspectos la industria del libro ya es una industria protegida por el Estado,con respecto a su estancamiento, echa parte de la culpa a los propios editores y"a su falta de espíritu de superación". Muy probablemente producto de esta discusión,el gobierno de Frei encargó a la CORFO rea lizar el estudio de diagnóstico y factibilidad de la industria del libro en Chile.

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