La industria editorial y el libro en Chile (1930-1984) : (ensayo de interpretación de una crisis)
11 b) Durante el período 1930-1950 se cimenta también, espe cialmente a partir de 1938, una organización de la cul tura vinculada a un tipo de Estado que amplía sus bases de reclutamiento, y que afianza s'u legitimidad dando cabida a los nuevos actores sociales que se expresan políticamente en el F r e n t e ,P o p u l a r . Se trata de una organización de la cultura en qué las demandas artístico-comunicativas tienden a canalizarse hacia el Estado, y en que las presiones se o rientan en el sentido de lograr una redistribución de los bie nes culturales hacia capas cada vez más amplias de la pobla- ción(13). Mientras en el plano económico se produce un claro cambio de modelo (desde un "desarrollo hacia afuera*' a un "de sarrollo hacia dentro") en el plano cultural más bien se p r o fundiza y ensambla con la matriz cultural de inspiración libe ral e iluminista que proveía la tradición (14). Desde este ensamblaje (en el que se entrecruzan las ideas de perfectibi lidad y de movilidad social) se establecen las je ra rq uí as,cri terios de consagración y cierta visión de la cultura (acepta da por el sentido común) que tiende a reducirla al campo del "saber", de las "bellas artes"' o de la "alta cultura". Para lelamente, a partir de esta matriz, se inicia un proceso que busca aminorar la desigual incorporación de los distintos sectores sociales y étnicos a la cultura nacional. Parado ja ésta que está en el centro de una política cultural marca damente "ex t e ns io ni st a". Las capas medias, especialmente los sectores profesionales a sumen y perfilan su identidad-móvil en torno a esta matriz. Por otra parte --y teniendo en cuenta que el libro no es una esencia eterna, sino un producto socialmente inscrito, cuya percepción estará siempre mediatizada por una cultura histó rica--, por otra parte, decíamos, la relación "sectores m e dios - m a t r i z iluminiáta" viene a reforzar un h a z 'de conven ciones perceptivas sobre el libro. Se intensifica su valo ración como servicio público, como un vehículo fundamental de la cultura humanística y por ende, de movilidad y ascenso colectivo, énfasis que implica como contraparte reticencias frente al "libro-esparcimiento" y al "libro-entretención". (13) Véase J.J.Brunner, Capi I, La cultura autoritaria en Chile, Santiago, 1981; Anny Ri vera, “'Transformaciones culturales y movimiento artístico en el orden autoritario", Borrador de discusión, CENECA. - . (14) , En este ensamblaje y continuidad hay por supuesto diferencias concia cultura del pe ríodo oligárquico. En el terreno artístico¡por ejemplo, esta diferencia se traduce en vasos comunicantes y en una mayor fluidez entre los distintos campos de la cultu- ra(popular-folklórico-culto, rural-urbano; regiones-capital, etc.).
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