La industria editorial y el libro en Chile (1930-1984) : (ensayo de interpretación de una crisis)

- 10 a Las Condes, Vitacura. y La Florida, el lugar del libro lo o cupara el auto y la movilidad s o c i a l .. .Por supuesto, el ámbi­ to-libro recoge también los ecos.de otros ámbitos: el liceo,- la universidad y hasta un estilo intelectual con algo de b o ­ hemia, de servicio público y de preocupación por la política. Los valores, la expectativa y la fisonomía social que aca - rrean los sectores medios- permean desde varios ángulos a la industria editorial de la época. De partida, el hecho de que el libro sea un símbolo de status y de identidad social inci_ de en una expansión del hábito de lectura (12) y del mercado cultural, una expansión que corno veremos más adelante, tiene su techo en algunas de las mismas razones que la impulsan. En seguida, permea el tipo de publicaciones y hasta la fiso­ nomía de algunas editoriales. El catálogo de D e s c i m i e n t o ,por ejemplo, incluye como autores claves a Carlos Carióla, Angel Cruchaga Santa María, Luis Durand, Eugenio González, Rafael Maluenda, Daniel de la Vega, Eduardo Barrios, Marta Bruñet,. Juan Marín, Lautaro Yankas y Mariano Latorre. La visión del mundo y los valores sociales que promueven la mayoría de es­ tos autores permite considerarlos en gran medida como inte- lectual.es orgánicos a las capas medias. Puede percibirse es. to claramente en el caso del Criollismo q u e .corresponde a u ­ na de las sensibilidades vigentes entre 1930 y 1950, y que conlleva un rescate, del.mundo rural no en función de sí m i s ­ mo, sino e n .tanto ese mundo es capaz, de asumir los valores é. ticos y sociales de las capas medias y de la racionalidad de cuño iluminista. Desde la misma presentación de los libros, hasta los destinatarios implícitos y la mayoría de los agen­ tes culturales que la alimentan, puede entonces decirse que Nascimiento está impregnada.en su fisonomía, editorial por el aporte de las-capas medias a la producción y reproducción de sentido social,. Otro tanto podría afirmarse.de Ercilla, con la diferencia de que se trata de una editorial que opera con. una, proyección rn.ás universalista e internacional. (12) Aunque se canece de datos precisos, a juzgar por los catálogos, los tirajes del. pe.^., ríodo 1930-50 superan en- promedio los 2.500 ejemplares. Por otra parte, comparati­ vamente, el precio de los libros era considerablemente menor: en la'década del 40 el precio de venta promedio era de $ 8 a un cambio de $ 25'por dólar. Las librerías vendían a plazo, con mensualidades y casi siq recargo. Todo esto indica un cuadro de expansión del hábito de lectura.

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