Aprendizaje Servicio en la Educación Superior Chilena

240 Para ello, es necesario que el docente modele con su propio actuar la relación entre los estudiantes y el socio comunitario, de manera “empática” como medio para que el aprendiz sea capaz desde la experiencia misma, identificar el cómo se dinamiza y pone en marcha las habilidades empáticas de manera efectiva. En relación a la planificación, el docente debe conocer al socio comunitario, su contexto, expectativas, motivaciones y necesidades. Ya que, en la medida que la planificación acoja estos elementos y los integre como parte del proceso formativo, mayor será el éxito de la experiencia. En segundo lugar, en el proceso de gestión de aula, la implementación del A+S debe generar un ambiente de mutua confianza, compromiso y comunicación entre todos los actores del proceso: estudiantes, socios comunitarios y equipo docente. Finalmente, se requiere de una proyección y generación de lazos a largo plazo entre el curriculum formativo, la institución y la comunidad. Certeza 2: El A+S es más que una metodología, ya que es un enfoque de aprendizaje que articula integralmente lo que sucede al interior del aula con los desafíos propios de la profesión, de manera epistemológica y fenomenológica. El A+S más que una metodología es un enfoque que interpela el corazón de los aprendizajes curriculares y su íntima vinculación con el medio. Al observar el A+S solamente como una metodología, es reducirlo a sólo un medio, perdiendo de vista la complejidad, riqueza y los beneficios que aportan todos los actores involucrados. El término metodología se define como el grupo de mecanismos o procedimientos estratégicos para el logro de los aprendizajes . En cambio, un enfoque, implica una manera comprender la esencia del hecho educativos y de los fenómenos que lo circundan, y en consecuencia, también de abordar los problemas relativos a ellas. Certeza 3: El A+S estimula la formación de una ciudadanía activa en los estudiantes, ayudándolos a vislumbrar su corresponsabilidad con el desarrollo de las personas, la sociedad, el país y el bien común. Las universidades tienen un carácter público, y al tener un carácter público no basta con solo llevar las necesidades al aula, sino que también él aula a las necesidades; es una forma de educar en una ciudadanía activa. De esta manera se amplia el horizonte de acción de la universidad y se convierte en un actor comunitario que promueve la construcción de una sociedad activa y participativa, en donde los actores interactúan con mayor fluidez y empatía. Teniendo las certezas del poder transformador de este enfoque en la formación integral de los futuros profesionales, es posible proponer cuatro recomendaciones clave, que deben ser consideradas para avanzar en la implementación sostenible de este enfoque; es decir, como estrategia curricular significativa para aquellos perfiles de egreso que declaren la responsabilidad social y ciudadanía activa y responsable, como parte de sus atributos.

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