El concepto de cultura

38 punte en el cual la lucha per si secialisB* -come la abolición de la pre­ piedad privada- y la lucha per el desapareei»lente del estade -cerne el cen­ ténId* de las luchas democráticas- se combinan". La cultura es una lucha democrática par excelencia que ne puede ser denada al discurae del adversa­ rle da clase. Desde una perspectiva casi s ig ilar a la semiótica de Letman, continúa Laclau diciendo que "en un?, situación, per ejemplo, en la cual un discurso deninante excluyera totalmente las las interpelaciones populares fuera de su carpe, estas interpelaciones populares sen empujadas fuera del discurso y juegan el rol de le específicamente ne discursivo que un discurae dominante reprime". Ne puede ser este el destine de la cultura ni de la de­ mocracia, que deben ser articuladas a l discurse socialista, tanto en le teo­ rice come en le práctico. Es necesario rescatar ese principie de autodeter­ minación que está en la base de le deaecrático-popular. 9. Consideraciones finales Las ideas centrales expuestas en este estudie han ido surgiendo en les últimos anos en nuaeresas y variadas investigaciones. Aquí se ha intentado recolectar el conjunte de nociones más representativas sobre la cultura que previenen tanto de una reflexión netamente académica y disciplinaria come de la reflexión política propia de la tradición marxista. Se le ha conferi­ do impertanclarvarias disciplinas que enfocan la cultura cene a^jsf mismo a un discurs* más aropäs» propio de las ciencias sociales, Cultura, ideelegía, dameoracia, come etres muchos conceptos y fenóme­ nos superestructurales son esenciales tanto para una visión científica y sistemática de la realidad come para el programa de su transformación ce- lecurv*. Laclau recuerda una cita de Peulantzas según la cual "muchas conquistas democráticas sen expresadas a través del 'estado representativo' y el problema ne es come sustituir estados representativos en les países capitalistas avanzados, sino que desarrollar otras muchas formas de demo­ cracia directa y de lucha democrática de tal manera que el peder pueda ser pasad® gradualmente a la sociedad c iv il" . La primera sección sobre el erigen etimológico de la noción de cultu­ ra y las fases de su desarrolle durante les tiempos modernos muestra el procese de abstracción y enriquecimiento de un concepto que aún ahora no llega a su máxima grade de realización y vigencia. La problematicidad con que la cultura es percibida inielalmente se debe a la presencia de numero­ sas visiones de autores y disciplinas diferentes. Cada una de estas áreas del saber, ya sea la antrepelegía e la semiótica, devela un aspecto de la significación del termine cultura. Pero se hace necesario ubicar la noción de cultura dentre de un contexto mayor que la penga en estricta relación con les diferentes niveles de una sociedad. Ha sido la tradición marxista la que ha puesto la cuestión da la cultura en subordinación a la producción material, al ostrate económico de la sociedad. La reflexión sobre e l pro­ cese político en relación a la cultura la ha dado un poce más de autonomía, pero aún así sigue siendo percibida la cultura come un fenómeno secundarle y derivado. La incursión exegética dentre de la tradición marxista ha re­ velado come dentre d® esta misma tradición subsisten des maneras de enfo­ carla. El planteamiento leninista del marxisme seviótice restringe las pe- s ib il idades para la emergencia de una teería sebre la cultura y la superes­ tructura.^ La prepesición gramsciana del marxisme eccidental le otorga en cambie a superestructura y a la cultura una dimensión y un herizente para :-r?!?.en profusamente. Esta última situación es extraerdinaria-

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