Para que nadie quede atrás: A la memoria de nuestras(os) compañeras(os) y maestras(os)

Para que nadie quede atrás 33 Juan Bastidas UN ALMA GENEROSA Y SOLIDARIA Por Alipio Vera Juntos entramos a la escuela de Periodismo de la Universidad de Chile en 1969. Juan Bastidas era entonces capitán de Carabineros de Chile. Aunque muy pocas veces lo vimos de uniforme, su ima- gen de hombre afable, amigable y bonachón no cambiaba cuando vestía de oficial. Asumía con orgullo su condición de uniformado y estaba siempre presto a colaborar con causas justas o a contribuir en la solución de problemas sociales, algunos de los cuales yo mis- mo lo insté a resolver. Tal vez por eso eligió para su tesis de titula- ción como periodista el tema de “Carabineros frente al desarrollo socio político de Chile 1927-1966”. Tuve la fortuna de ser su amigo. Y mediante esa amistad demostró la magnitud de su alma generosa y solidaria. Por entonces, era yo un estudiante provinciano que debía trabajar por las noches para mantenerme en la capital y poder seguir estudiando. No siempre contaba yo con los recursos que necesitaba. Juan Bastidas era uno de los escasos compañeros que lo sabía. Y nunca tuvo dudas para brindarme un apoyo incondicional y permanente. Incluso, inter- nado una vez en el servicio médico de los alumnos en el hospi- tal J.J. Aguirre, Juan se daba tiempo para visitarme en mi lecho de enfermo y de ponerme al día de las últimas materias, en las dife- rentes cátedras, facilitándome, además, la entrega de los trabajos pendientes. El venezolano Miguel Mata y Marcela Calvo acompa- ñaban a Juan en estas visitas. De vuelta en la escuela, no había día en que el “paquito” Bastidas no me invitara a tomar un café o un desayuno en el casino de don Alfredo. Luego de egresar, el año 1969, nos encontramos algunas veces, mientras el servía como oficial de intendencia y yo como debutan- te reportero en la naciente Televisión Nacional de Chile. Un servidor público Para José Blanco Jiménez, compañero de aquellos años en la Escuela de Periodismo, Juan Bastidas fue el prototipo del ser- vidor público. “Se veía mayor que nosotros y lo era: había cumplido hacía poco los 35 años. Sabíamos que era capitán de Carabineros de Chile, pero

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