Mujeres de la tierra

hombre clnicQTQ, mds malo. Podimos peliar, y todav(a muchos hombres dicen: "Usud tiene familia , , esta fa- milla no esm1á", unayotracosadlcen loshombrt!spo' Echo de menos tener hombre, pero ¿"que le voy a hacer? Antes, pensaba de casarme, ya después mt arreptnUa: mejor sin problemas ¿qul saco tener hombre?No puedo ~ivir trQJiqullo después, mejor no (Hemerita Mi/ laJ Encarar la vida sin un hombre, luego de la experiencia de vida famili ar tradicional, es un hecho que siempre involucra dificultades. La mujer deberá usar toda su energla para encontrar las estrategias que le permitan reproduci rse. ya sea sola o con sus hijos. As(. se empren· de el camino de la automantención , la bt1squeda de los medios para proveerla La viuda podrá "asociarse" con sus afi nes - en los casos en que permanece dentro de las ticnas de su espo- so - para completar parte de los procesos productivos. Sin embargo, serd la textilería b que posibilitará su acceso a un ingreso más o menos estable, actividad que la vincula estrechamente a la vida comunitaria y nacio- nal . En el primer caso, hilando o tejiendo a otras muje- res o fami lias. obtendr.f productos o dinero. En el segun- do. saldr:i a las ferias o mercados locales a comercializar sus trabajos• 6 • La consagración al textil , evocación pennanente del laltn k.uzé. es la herramienta económica fundamental que las mujeres tomarán para abastecerse

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