La revolución norteamericana, auge y perspectivas

Eugenio Pereira Salas I CHILE y LA INDEPENDENCIA DE ESTADOS UNIDOS rvlanuel de Salas, Dauxion Lavayse. Trató en primer término de traducir y editar en inglés una historia de Chile, eligiendo de propó– sito la inédita de José Pérez García, cuyo manuscrito juzgó de mérito. entregando la tarea de verterla al inglés a Eduardo MacClure. Buscó muestras mineralógicas y etnográficas para los museos de Estados Unidos. Pidió informes sobre el progreso de las ciencias a Manuel de Salas y, a la recíproca, él mismo se ofreció para adquirir en Estados Unidos los libros que se necesitaban para incrementar los fondos de la Biblioteca del Instituto Nacional. La Patria Nueva, encarnada en la figura del Director Supremo don Bernardo O'Higgins, buscó así los cimientos necesarios para un sólido entendimiento internacional, y aunque el reconocimiento ofi– cial de Chile entre las naciones independientes vendrían tan sólo a raíz del pronunciamiento del Presidente James Monroe y el inter– cambio de Ministros Plenipotenciarios, Heeman Allen y don Joaquín Campino, respectivamente, ya la presencia en el país de distinguidos ciudadanos significa aportes de importancia en la vida y progreso de la nación. La historia señala como pioneros a 'tVilliam ~eelwright, que unió nuestro país con otros de la Costa del Pacífico y con Europa, por una línea de vapores a rueda, que abrieron la vía del Estrecho de Magallanes a la navegación internacional, y a Henry Meiggs, creador de la República Carrilana, que al frente de los obreros chilenos llevó el ferrocarril a las cimas cordilleranas de Chile y del Perú. En lo artístico, la labor temprana del pintor Dexter trazó el perfil de O'Higgins y los padres de la patria, y en la literatura es fácil per– cibir en la poesía chilena el influjo de Edgar ABan Poe y de ~alt 'Nhitman, lo mismo que la impronta de Prescott en nuestra historio– grafía, y la de Francis Brett Harte en el cuento. Estábamos muy lejos geográficamente al repicar la campana de Fila– delfia que anunció la libertad de América al mundo, y hoy al celebrar el Bicentenario de este hecho trascendental para el continente, vemos que este acercamiento que buscaron los padres de la patria ha sido alcanzado por la obra de múltiples generaciones de chilenos y norte– americanos que creyeron en la eficacia formativa de los principios de la libertad espiritual, de la justicia y la paz que nos han engrandecido y acercado a lo largo de estos siglos. Se ha rendido en este Seminario un homenaje a un pueblo en su Bicentenario de progreso, que es progreso para la América y la Humanidad.

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