América Latina: ¿clase media de las naciones?

Otro factor significativo que cábe menciona!r es el surgimiento de la República Popular China como potencia, basada en elementos de la tradición, en factores ideológicos y en su enorme potencial eco– nómico y de recursos humanos. Recientemente ha iniciado su apertura hacia el exterior y el desarrollo de una nueva política exterior, ejem– plos de lo cual son el reciente tratado con Japón y la inclusión de la cláusula antihegemónica, los vínmlos con Rumania y Yugoslavia y su presencia en Afríea y Asia. Además, destaca el hecho de su clara posición tercermundista al compartir muchos de los problemas del subdesarrollo. Frente a este complejo cuadro internacional es que cabe preguntarse si América Latina tiene o no una política exterior y cuál es su grado de concienda sobre 'objetivos y estrategias, que son la base esencial para la formulación de políticas y para la existencia del concepto mismo de comunidad. Si se examina cuál ha sido la conducta de los países latinoameri. canos en los últimos años, se pueden identificar algunos elementos positivos. Entre ellos destaca la creación del Pacto Andino, del siste– ma de la Cuenca del Plata y del Pado Amazónico. Igualmente destaca el inicio de una política común latinoamericana en lo económico, evi. denciada en el Consenso de Viña del Mar y la creación de CECLA, qu'e permitió una formación de conciencia y el diseño de una posición común frente a los Estados Unidos, representativa de un sentido de progreso, cambio e independencia. Esta Hnea de acción fue la que posteriormente condujo a la creación del SELA. No obstante la existencia de estos elementos positivos, también es posible 'Observar un debiHtamiento progresivo de la posición extt!– rior de América Latina. En ello ciertamente ha influido la crisis eco– nómica y financiera que ha afectado a muchos países de la región, como también el proceso electaral en que actualmente se encuentran diez países, que necesariamente involucra cambios de políticas que dificultan la afirmación de una posición externa común. Sin embargo, también debe tenerse presente que en muchas ocasiones América La– tina ha hecho prevalecer el interés común por sobre las diferencias ideológicas, como ocurriepa con la política de fronteras ideológicas del Brasil, que produjo efectos hacia el interior del continente pero no hacia afuera. Similar fenómeno ha ocurrido en algunos momentos de la política argentina hacia los países del Pacífico. Siendo América Latina la región más desarrollada entre aquellas en desalrrolJo, debiera tener una fuerte gravitación y más posibilidades de acción en el contexto del diálogo Norte-Sur, asumiendo el rol de litigante principal en esta definición de una nueva relación económica internacional Sus exportaciones, desauollo agrícola, tecnología y otros factores económicos, así como su contribución a los nuevos conceptos 53

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