América Latina: ¿clase media de las naciones?

organismos propios de América Latina' o los muchos organismos y con– f.er ,endas de Naciones Unidas u obras organiz¡aciones, donde se elabora una posición latinoamel:'Ícana que puede ser simultáneamente pro. movida por el sistema. .". . . '. El tercer tipo de ideas es que la promoCión de ese interés requiere del establecimiento de una efectiva o~paddad de gestión ante el con– junto de las naciones industrializadas, por cuanto normalmente el interés latinoamericano ya no se restringe solamente al caso de los Estados Unidos. En este plano, el Banco Interamericano ya ha dado algunos pasos efectivos, pero no así la OEA donde la institución de los observ:ildores permanentes es una mera formalidad. Probablemente el· establecimiento de vínculos de trabajo y acción' concreta con· la OEen y la Comunidad Económica Europea sea una' medida necesaria para asegurar la referida. efectividad, no desde el punto de vista· de crear meros puestos de observación, como ha sido lo tradicional, sino en cuanto a la vinculación real de trabajo d,e las respectivas org,aniza– dones, .cualquiera que sea la forma institucional que ello adopte. Quizás lo más importante de todo sea que los organismos del sistema permitan la est<ructuración de un poderoso "think tal)k" latí, rioainericano, con el concurso de los más destacados hombres públi'cos, intelectuales y profesionales de la regi6n, cün miras a la creaci6n cort– tinua de posiciones y planteamiento.s de América Latina frente a un mundo rápidamente cambiante. Muchas veces la f,alta de elaboración intelectual en América Latina es la causante de pérdida de opürtuni– dades y de reacciones tardías o, lo que es más grave, de que la regi6n continúe guiándos'e por ideas que han sidO' elaboradas en otras lati: tudes para la protección de intereses o esquemas que nO' son necesa– riamente 10'5 suyos. En definiti'vla, nO' debe perderse de vista que lo que está en juego es el rül de América Latina como una región que tiene legítimüs derechos y aspiraciones. Estos han sidO' exitosamente armonizados con el Tercer MundO' y no son necesariamente incompatibles con esquemas de cooperaci6n complementarios que involucren a la élite industria.. lh:lIJda. Si ello se logra será el sistema internacional el que ganará en apertura, flexibiHdad y estabilidad. El' sistema inter.amedcano, comO' herramienta que viabilice ese ~ügro, se encuenbra así frente a un reto y una cO'yuntura única en su histO'ria. 35

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