Salud mental y contrainstitución

organización, su lugar en el discurso social y su actuar, junto también con la organización y el actuar de las instituciones sociales, lo que ha hecho que el fenómeno perdure hasta hoy. De esta manera, me parece relevante primero tratar de aprehender y analizar algunos elementos distintivos del fenómeno de las Barras Bravas, y con ello también, preguntarse si dicho fenómeno corresponde o no a una contrainstitución. Ahora bien, ¿qué define que determinado grupo sea o no una Barra Brava? Si bien el término "Barra Brava" proviene del discurso de los medios de comunicación, paulatinamente ha ido siendo adquirido por los distintos discursos institucionales que forman el entramado social, otorgándole así un cierto lugar simbólico a dicho concepto. De acuerdo a Recasens, hay ciertos elementos que podrían considerarse como característicos de este tipo de grupos, y de esta manera hacer la distinción entre espectadores, hinchas y barristas. De acuerdo a este autor, "Estos tres tipos de grupos asistentes a los partidos de fútbol profesional se identifican de maneras diferentes, a través de su comportamiento y su 'razón de estar' en los estadios, como asimismo en su participación activa, pasiva o no participación, en hechos de violencia ligados al furbol"]. De esta manera entonces, junto con factores demográficos que serían propios del grupo, y que el autor se encarga de diferenciar (rango etario entre 14 y 25 años, estrato socioeconómico medio y bajo, marginalidad social), lo que diferenciaría a la "Barra Brava" del resto de los asistentes al estadio de furbol pasa por el comportamiento dentro del estadio que estaría ligado con algo así como un leitmotiv, un ser en el mundo, no tan solo en el estadio, sino también fuera de él, que los llevaría a tener un comportamiento característico como grupo, con ciertos códigos de conducta, basados en una lógica interna y propia a cada uno de los integrantes del grupo, que de alguna manera permite la identificación de la barra como tal. En este sentido, es interesante pensar como primer elemento de análisis que la Barra Brava no corresponde a lo que podríamos llamar una institución. Así, no es posible remitirse a algún tipo de reglamento o protocolo de acción respecto a su organización o al accionar de sus miembros. De acuerdo a Lourau4, es posible señalar que la Barra Brava no responde a algún tipo de orden jurídico o decreto que le dé nacimiento, no hay un derecho objetivo que opere normando el accionar de sus miembros. Más bien, 10 que se aprecia es la existencia de una causa, un proyecto común, que se mantiene de torma implícita entre sus miembros, a veces haciéndose y que en definitiva es aquello que le da sentido a la existencia de la Barra Brava como tal. Ahora bien, en cuanto a su organización, y tal como 10 describe Recasens, es posible apreciar una serie de normas y códigos tácitos que pueden deducirse a partir de la observación de sus miembros, que no se explicita pero que se respeta; podríamos decir, hay un derecho subjetivo 3 A, Recasens, op. cit., p. 33, 4 H. 'Foladori, en Cátedra "Análisis institucional", Universidad de Chile, 2009, 26

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