Repensando la regulación de las aguas: crisis socioambiental y proceso constituyente

EDITORIAL Vivimos momentos de estr és y escasez hídrica, y las causas que pro- vocan lo anterior son múltiples, estando entre ellas el cambio climático y la sequía, la sobreexplotación, la mala gesti ón y la contaminación de los recursos hídricos. Nuestra capacidad de hacer frente a todos estos fenóme- nos ha sido limitada y, mientras tanto, el agua sigue siendo un elemento esencial para el desarrollo de actividades económicas y productivas y, por supuesto, para la supervivencia de los ecosistemas y de nosotros mismos. Conocido es que la escasez hídrica es uno de los mayores problemas sanitarios y ambientales que se viven en Chile, planteándose, desde hace algún tiempo, que atravesamos una difícil situación de “megasequía”. Mientras que, de acuerdo con los datos de la Corporación Nacional Fores- tal, el 72 % del territorio nacional se ve afectado por la sequía, los datos de la Dirección Meteorológica de Chile evidencian que los últimos diez años han sido los más secos desde el año 1866, proyectándose que las precipita- ciones seguirán disminuyendo, especialmente en la zona central. Parte del diagnóstico de la situación hídrica del país se ha relacionado con las deficiencias de la institucionalidad en materia de aguas y con las dificultades que presenta la normativa vigente para enfrentar el escenario hídrico actual, en que se requiere entender la vinculación de la regulación de las aguas con la regulación ambiental y de derechos humanos. En este contexto, desde hace más de diez años que se intenta modificar el Código de Aguas con el fin de modernizar la institucionalidad, priorizar los usos del agua, incorporar el derecho humano al agua y al saneamiento e incluir consideraciones ambientales para el tratamiento del agua, todos temas in- eludibles para lograr una adecuada gestión del recurso hídrico.

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