139
MANUAL DE RETORICA, ORATORIA Y LIDERAZGO DEMOCRATICO
EL LIDERAZGO DEMOCRATICO
En los primeros tiempos, tal como lo escribiera Aristóteles, el liderazgo
le correspondía, naturalmente, al padre de familia. En la medida que la
familia se agrupa en tribus y clanes, la legitimidad se diversifica, juegan
un rol los ancianos, luego los líderes más fuertes o astutos, para
posteriormente asumir el poder aquellos que se otorgaban el carácter
de dioses en algunas culturas, o depositarios del poder por decisión de
la divinidad correspondiente. Las formas democráticas que vivieron
algunos pueblos, los griegos y los romanos, entre ellos, reconocían a
los ciudadanos el derecho de opinar y decidir sobre los asuntos de
interés público, incluso eligiendo autoridades. Se sabe por cierto, que
esos derechos les eran negados a las mujeres, a los esclavos y a los
extranjeros.
En cerca de 25 siglos de historia conocida en el denominado occidente
de influencia cristiana, la mayor parte del tiempo se han vivido
experiencias no democráticas. Nuestra democracia es el sistema político
que tiene apenas unos doscientos años de vida, con grandes lagunas
dictatoriales entre medio. Parte de la mítica concepción de la historia
chilena, generada de mala fe o por ignorancia, ha sido vernos como un
país dónde hasta 1973, habíamos vivido bajo un sistema democrático.
La verdad es, que no sólo tuvimos la experiencia negativa de la
dictadura de Pinochet entre 1973 y 1990, sino que vivimos muchos
períodos de excepción en el siglo XIX y en pleno siglo XX.
Las actividades humanas están caracterizadas por su imperfección, de
modo que esa visión que creemos más real no es para tener un sesgo
pesimista en el análisis. Por el contrario, tenemos constatación empírica
que en nuestra sociedad existen las condiciones para poder desarrollar
adecuadamente un sistema que no sólo sea democrático en lo formal,
sino que también pueda alcanzar estadios crecientes de democracia
integral, esto es, económica, social, cultural y política.
CAPITULO VII