Cirugía en medicina general: manual de enfermedades quirúrgicas

400 Cirugía en Medicina General el quiste hidatídico, que crece entre 1 a 5 cm por año, depen- diendo de la densidad del tejido en donde se ha alojado. El pulmón, que es un órgano elástico, permite un crecimiento más veloz de lo habitual, pudiendo duplicar su tamaño en 16 a 20 semanas (Sarkar et al., 2016). El quiste se compone de tres capas en conjunto con el líquido Figura 46-2. Estructura del quiste hidatídico Membrana germinal Vesícula con protoescólex Líquido hidatídico Protoescólex Quiste hijo Membrana laminar Periquiste Pared quística Figura 46-1. Ciclo del parásito. Se muestra al ser humano como huésped "accidental" del parásito, el que se puede localizar en diversos órganos. Ilustración adaptada de CDC. eclosionan en el lumen del tubo digestivo, liberando los embriones. Estos protoescólices tardan entre 32 a 80 días en evaginarse dentro del tubo digestivo para posteriormente adherirse a la pared intestinal. Luego de anclarse, atraviesan la mucosa duodenal o yeyunal y entran a la circulación portal llegando al sinusoide hepático. El mayor número de los embriones queda alojado en el parénquima hepático, sin embargo, aquellos que miden menos de 3 mm de diámetro logran atravesar el sinusoide y entrar a la circulación sistémica venosa a través de la vena hepática, siguiendo por la vena cava inferior y el corazón derecho, para finalizar en el parénquima pulmonar, en donde se alojan, o bien pueden diseminarse a otros órganos (Sarkar et al., 2016). Además de la vía hematógena, el parásito puede llegar al pulmón por el conducto torácico una vez que atraviesa el sistema linfático intestinal. Se describe también el acceso a los linfáticos paraesternales e intercostales mediante la comunicación linfática del hígado con el diafragma. Otros métodos son el paso veno-venoso al utilizar la red anastomótica del sistema de Retzius ( comunicaciones entre la vena mesenterica superior y la vena cava inferior) y la infestación mediante la inhalación de huevos. Sumado a esto, el pulmón puede presentar diseminación de la enfermedad quística mediante la ruptura del quiste hidatídico primario y sembrar nuevos quistes dentro de su parénquima, o bien, provocar metástasis a distancia al ingresar a la circulación sistémica (Sarkar et al., 2016). Una vez alojado en el tejido pulmonar, el parásito desarrolla

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