Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura volumen II

42 Cuadernos de Beauchef Gabriela le daba un lugar preponderante en la vida al desempe- ño de la profesión o del oficio. Creo que, para ella, nuestro rol principal en la sociedad es el trabajo diario en el desempeño profesional, desde allí aportamos más allá de la vida privada y doméstica. Esto vale para toda profesión u oficio, lo tomo para la ingeniería porque es hermana de estos cuadernos, nacen en la misma casa y porque es también parte de mi propia historia. Que el oficio no nos sea impuesto: primera condición para que sea amado. Que el hombre lo elija como elige a la mujer, y la mujer lo mismo como elige al hombre, porque el oficio es cosa mucho más importante todavía que el compañero. Esos se mue- ren o se separan; el oficio queda con nosotros. (Mistral, 1979 [1927], p. 23) Amar la profesión o dejarla, esa es la condición primera para trabajar con alegría. La misma Gabriela nos recomienda maneras para rencaminar el rumbo si es necesario. Iníciese cualquier ensayo, cualquier aventura, para no continuar en el engaño del falso oficio, que nos dio un padre vanidoso, nada más que por ser el suyo que nosotros cogimos aturdidamente, y por pereza dejamos sobre nosotros como el hongo muerto. Son tan raros el hombre y la mujer domiciliados en oficio legíti- mo, que llega a parecernos suceso toparnos con ellos. A mí se me hace una fiesta verdadera mi encuentro lo mismo con un he- rrero que con el médico genuino. ( Id. , p. 24) La graduación se puede interpretar como el rito de integración a un linaje profesional, porque “Las fiestas sacramentales del tiempo moderno son estas de la decisión vocacional…”. La profesión no es nuestra vida. Gabriela nos advierte contra el vicio de ver el mundo sólo desde esa perspectiva, limitando nuestras relaciones y posibilidades. Eso sí, podemos —y quizá debemos— aspirar

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