Aisén Reserva de Vida: testimonio de un arquitecto activista ambiental formado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile

185 Peter Hartmann Samhaber S in duda en estos treinta y seis años ha pasado mucha agua por los ríos libres de Aisén. En esos años hemos logrado notables avances en la mega-propuesta ciudadana ‘Aisén Reserva de Vida’, en su fundamentación y hasta en demostrar su viabilidad. Parte importante de esto ha sido el ordenamiento territorial y el activismo por lograr la utopía. También la defensa de nuestra opción y la sustentabilidad regional, en lo que podemos mostrar increíbles victorias. Hacía falta sistematizar, recuperar y publicar tanta experiencia acumulada. Hemos aprendido que el profesional ordenador territorial tiene un amplio campo de acción y su labor se hace muy necesaria. Siempre será bueno afrontar los desafíos con creatividad y mirar la realidad con espíritu crítico. Para el profesional y el activista la ética es básica. La ética por la vida y sus valores y leyes superiores es insoslayable. Como humanos vivir implica tratar de cuidar esa vida, trascender en obras, haciendo algo e incidiendo para conseguir un mundo mejor. La sustentabilidad es una obligación hacia las próximas generaciones. En esto es importante la constancia y perseverancia y el pensamiento positivo, lo que los religiosos llaman fe y ahora refrendan científicamente los físico-cuánticos. Asimismo, es importante traducir las ideas en acción, hechos, políticas y ordenamiento territorial. Nuestro trabajo debe ser inclusivo, participativo, propositivo, respetuoso, visionario, con base y fundamento, buscando alianzas cuando es necesario. Siempre es bueno y necesario el holismo. Tampoco podemos dejar de hacer algo, denunciar, aportar, cuando somos testigos de algún atentado a la vida sobre este planeta. CONCLUSIONES

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