Casas patronales : conjuntos arquitectónicos rurales

CORRALONES Y BODEGAS "En una hacienda grande como ésta, la operación ofre– ce un espectáculo animado e interesante. Vi ciento dieciséis yuntas de bueyes con sus respectivos arados arando a un mismo tiempo . Se les hizo marchar y hacer contramarcha como si hubieran sido un regimiento de soldados. Cada buey tenía su nombre y cada peón ani– maba y, al mismo tiempo, picaneaba a su yunta, ofre– ciendo el conjunto una escena difícil de describir." (8) . Las tareas agrícolas eran complejas, y comprometían a un numeroso contingente de hombres, herramientas y equipos, por lo que un importante sector de los espa– cios abiertos y construidos de las Casas Patronales está destinado a las actividades de apoyo a las labores agro-industriales de la hacienda; bodegaje, pesaje y selección de los productos; cuidado y mantención de los equipos de trabajo y de transporte . El corralón es el gran patio, por el que transitan los ca– ballos de los principales de la hacienda y las pesadas carretas arrastradas por una o varias yuntas de bueyes . A su alrededor hay galpones y cobertizos que protegen las cosechas, las herramientas, los aperos de trabajo, la fragua del herrero, los bancos de los carpinteros, y también el horno del panadero . Algo apartado, se faenaban los animales en un sector cubierto por rama– das. " Las galletas de los peones tenían también atracti– vos para mí, las hacían en otro horno del gran patio lla– mado ramada de matanza ... " (9). Es un trabajo variado, atendido por personal respon– sable y especializado, dirigido y supervisado directa– mente por el patrón o el administrador, por lo que estas instalac iones se encuentran anexas o muy próximas a la casa patronal , integrando el juego de volúmenes que forman e l conjunto principal. "Después del gran frente de la casa , venían al interior cerrándolo por los costados, los graneros y bodegas; más allá las ramadas de matanza . Todo estaba cerca y era vigilado y dirigido por sus dueños; de allí el dicho : ¡Ojo al charqui!" (1 O). En las haciendas productoras de vinos, estas construc– ciones adquieren un carácter especial, determinado por la complejidad de las operaciones de producción y almacenamiento de este producto. Un ingreso propio, de proporciones lo suficientemente amplias como para permitir el tránsito de carruajes y de jinetes, permite el acceso desde la explanada o des- 46 de un punto inmediato, a todas estas actividades que se desarrollan no sólo en el gran corralón, sino tam– bién en otros patios menores que lo acompañan. Un ro– busto portón señala la privacidad del área en la que se cobijan buena parte de las riquezas de la hacienda . Si bien se mantiene la ortogonal ·idad en el trazado, el alzado de los edificios es el más variado de las casas patronales, ya que bodegas, talleres y pesebreras, re– quieren de espacios cubiertos de distintas característi– cas, que esta arquitectura recoge espontáneamente. En este sector, en el que se circula a través del patio, y en el que no es necesario definir condiciones de habitabi– lidad, los corredores aparecen sólo ocasionalmente en aquellos puntos en los que es conveniente asegurar una protección para el tránsito exterior interior. Con su doble altura, las bodegas dominan al resto de las construcciones. A pesar de que en su ejecución se utilizan técnicas de mayor exigencia que en el resto de las casas, engrosando los muros e intercalando un entrepiso con fuertes vigas de madera con un apoyo in– termedio, creando un recinto bajo para los productos pesados, y un recinto alto para los más livianos, el es– pacio interior es relativamente estrecho . Por este moti– vo, y para obtener una buena capacidad de almacena– miento, se construyen edificios de cierta longitud . El es– pesor de los muros, y la altura interior protegen eficaz– mente los productos de la humedad y del excesivo ca– lor. La amplitud de estos corralones, bodegas y recintos de servicio, les ha permitido en muchos casos sobrevivir al impacto de los nuevos equipos destinados a la explota– ción agraria. (8) Ruschemberg, William S. W. Ob . cit. pág. 104. (9) Subercaseaux, Ramón . Ob. cit. pág . 45. ( 10) Roa Urz úa, Luis. Ob . cit. pág . 42.

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